Aunque disfrutado y sufrido por todos a partes iguales, se podría decir que el sector energético sigue siendo uno de los grandes desconocidos en nuestro país. Pese a estar muy regulado, su funcionamiento real se escapa al usuario de a pie y son, o mejor dicho, somos muchos los que no entendemos la factura de la luz y a qué se deben las continuas subidas y bajadas en su precio.
Con todo y con eso, lo que sí nos suena es el nombre de las grandes empresas responsables del suministro de gas y electricidad a nuestros hogares (3, principalmente), igual que comprendemos el impacto que tiene en nuestras vidas la energía que nos suministran.
Hoy por hoy, hasta para hervir un poco de agua hay muchas familias que usan electricidad —por no hablar de útiles tan imprescindibles como nuestros teléfonos móviles—. Según un estudio del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía, IDAE, los hogares españoles consumen de media unos 3.500 Kwh al año, contando desde el frigorífico hasta la tele semi-apagada en modo standby (es decir, con el pilotito rojo encendido).
Ese gasto energético afecta a nuestros bolsillos, pero también tiene un impacto sobre el medio ambiente, en especial, si su procedencia son fuentes fósiles. Volviendo al ejemplo del frigorífico: este puede ser responsable de la emisión de hasta 265 kg de dióxido de carbono a la atmósfera cada año.
Por todos estos motivos es tan interesante pensar en si existen alternativas de consumo energético más responsables. ¿Podrían todos los millones que se invierten anualmente en este sector ir hacia empresas que, proporcionando los mismos servicios de suministro y producción de energía, están comprometidas con el medio ambiente, con sus trabajadores y, en especial, con sus usuarios? La respuesta es sí: podrían ir a cooperativas energéticas de las que ya existen 2.400 ejemplos en Europa —se pueden ver todas en este mapa interactivo—.
Algunas de ellas están en España. Goiener en el País Vasco, Zencer en Andalucía (de la que hablé en este otro post), Enerplús, Nosa Enerxía, Minerva,… y la ‘madre’ de todas ellas, la que puso la primera piedra: Som Energia. Una cooperativa de consumidores y usuarios que nació en 2010 y que, en 6 años, ha pasado de 150 contratos a casi 38.000. Hoy tiene 27.500 socios que compran sus servicios y tienen voz y voto en su funcionamiento. Su otra baza, energía de fuentes 100% renovables procedente de productores certificados e incluso sus propias instalaciones.
Sobre ella y sobre las opciones que ofrece a los consumidores tuvimos la oportunidad de hablar con Joan Utges, integrante de su equipo técnico, en la última edición de Los Sábados al Sol, en Canal Extremadura. ¡Espero que lo disfrutéis!
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