Visualicen un quirófano. Y, ahora, dentro de él, a un grupo de cirujanos. Imaginen, entonces, que están enfrentándose a una operación complicada y que, de repente, necesitan una segunda opinión. ¿Cómo lo resolverían?

Esta situación hipotética se materializaba hace solo unos días en el Hospital Clinic de Barcelona y la respuesta llegaba, nada más y nada menos, que desde el mismísimo Mobile World Congress (MWC). Desde la Fira de Barcelona, el doctor Antonio de Lacy iba dirigiendo en tiempo real el bisturí del equipo médico en quirófano dibujando sobre la pantalla de una tablet las zonas y la manera de actuar. Se trataba de una de las muchas demostraciones prácticas de las oportunidades que nos brindará el 5G.

Más rápido, en todos los sentidos

Desde luego, si algo tenemos claro a estas alturas es que el 5G —protagonista indiscutible de la última edición de MWC— va a suponer una auténtica revolución y no solo desde el punto de vista de cómo nos comunicamos. Incluso para aquellas personas a las que se les escapan los detalles técnicos, el 5G tiene mucho de promesas y expectativas.

Por comparación con lo que ya tenemos y conocemos (3G-4G), la 5ª Generación de red móvil viene a ofrecer dos novedades fundamentales: mayores velocidades máximas de navegación y descarga y menores tiempos de respuesta. Esto quiere decir que podremos descargarnos una película en alta definición en cuestión de segundos pero, sobre todo, que nuestros deseos y órdenes se verán atendidos de manera inmediata. El último punto, la reducción de la latencia, junto con la posibilidad del 5G de soportar muchos más dispositivos inalámbricos conectados al mismo tiempo a una misma red y el menor consumo de energía, es lo que lo convierte en el habilitador del futuro hiperconectado que tanto ansiamos.

De acuerdo con Gartner, en 2020 habrá más de 20 millones de dispositivos conectados a redes inalámbricas, entre móviles, tablets, electrodomésticos y otros aparatos de domótica, sistemas de emergencia y seguridad, o weareables y sensores personales. Un intrincado panorama este del Internet de las Cosas (Internet of Things — IoT) que precisa de una red sólida para soportarlo. Aunque no son los únicos usos. Si bien a los usuarios todavía nos cuesta pensar en aplicaciones más allá de “no tener que volver a usar una red wifi nunca más” o “hacer descargas 10 veces más rápido”, como muestra el estudio de Qualcomm, las posibles aplicaciones del 5G prueban ser mucho más estructurales: al ejemplo de la operación teleasistida, se unen sus usos en la industria, la producción o la logística y, por supuesto, las ciudades y la movilidad.

Sin ir más lejos, la presentación del Minimó (el microvehículo 100% eléctrico y conectado de SEAT) en MWC fue solo el pretexto para probar, con el apoyo de Telefónica, las ventajas de que un coche pueda comunicarse en tiempo real con las infraestructuras urbanas (semáforos, señales de tráfico), otros vehículos (gestión del tráfico) y los servicios de emergencia (en caso de accidente). Aquí, como en la operación quirúrgica, del tiempo que transcurre entre que la máquina detecta un estímulo (otro coche que frena de repente o un peatón que está cruzando la calle) y esta toma una decisión (frena) depende la seguridad de los usuarios. Algo que (solo) podrá conseguirse con la tecnología 5G.

Todavía un poco más lejos de lo que nos gustaría

Ahora bien, a la luz de las promesas y sueños hechos realidad que parece ofrecernos el 5G, las grandes preguntas tienen que ver con el cómo y, especialmente, el cuándo.

Deloitte estima que 25 operadores de telecomunicaciones lanzarán en 2019 servicios 5G al menos en partes de sus territorios; se les unirán otros 26 en 2020. Antes, en 2018, un total de 72 operadores ya realizaron pruebas con esta tecnología. La consultora espera, además, que alrededor de 20 proveedores de terminales móviles lancen smartphones preparados para el 5G en los próximos meses —entre ellos, el móvil de pantalla plegable de Huawei que también se ha presentado en MWC—.

Las previsiones de la consultora no se alejan demasiado de las que realiza GSMA. La entidad que representa los intereses de la industria móvil en todo el mundo espera que en 2025 el 15% de las conexiones globales sean 5G. Pero, atención, porque, y aquí es donde está la clave, esto no supondrá la desaparición del 4G. La 4ª Generación de red móvil está todavía pendiente de alcanzar su pico máximo de penetración en 2025, cuando representará el 60% de las conexiones.

Por regiones, según los datos de Ericsson, lidera con una distancia considerable el este asiático con más de 877 millones de suscripciones 5G previstas en 2025, seguido por Norteamérica (con 251 millones) y Europa (con más de 200 millones).

Pensando en el cómo, en su estudio The Mobile Economy, GSMA realiza también un cálculo del coste que tendrá hacer el 5G una realidad. En concreto, se espera una inversión inicial de unos 480 billones de dólares (428.000 millones de euros) en todo el mundo entre 2018 y 2020. Sus beneficios, más allá de las ventajas para los usuarios, también se notarán en la economía: su desarrollo e implantación contribuirá hasta 2,2 billones de dólares (1.940 millones de euros) a las cuentas mundiales en los próximos 15 años.

Objetivo 2020

En cualquier caso, parece que tendremos que esperar al menos hasta el año que viene para que el despliegue comercial del 5G sea una realidad. No en vano, en torno a su desarrollo definitivo hay algo más que complejidad técnica, como todos los temores y debates sobre los retos que supondrá en materia de seguridad si habilita un futuro hiperconectado.

Por otro lado, es incuestionable que existe un interés compartido en el desarrollo de esta tecnología. Sin ir más lejos, la UE lleva desde 2013 promocionando la investigación e innovación en este campo. Lo incluyó, además, en su programa Horizonte 2020, a través del que se destinaron 700 millones de euros a su promoción, y cuenta con un Plan de Acción 5G desde 2016. También en España se han dado pasos, como el Plan Nacional 5G o el primer paquete de ayudas presentado por el Gobierno hace unos meses para el desarrollo de proyectos piloto en este ámbito.

Pero ¿es suficiente? Si bien ese apoyo público coincide con las principales demandas de las empresas de telecomunicaciones que están liderando el proceso, la industria insiste en que no solo es necesario el enfoque económico (incentivos, exenciones fiscales) sino también marcos regulatorios que faciliten y favorezcan la innovación.

Entretanto, las expectativas de expertos y usuarios sobre esta 5ª Generación de red móvil siguen aumentando. Posiblemente no sea el avance técnico más ‘sexy’ que tenemos por delante (difícilmente llenará las salas de cine un Yo, 5G o un 5G Terminator), pero de lo que no cabe la menor duda es de que, pensando en innovación y en futuro, esta tecnología será mucho más determinante que el desarrollo de la inteligencia artificial o la robótica. Al fin y al cabo, pocas casas pueden construirse sin cimientos y mantenerse en pie.

Del 4G al 5G en España

Si nos fijamos en el caso concreto de nuestro país, la cobertura 4G ya supera el 83%. Son datos de OpenSignal que nos sitúan lejos de líderes como Corea del Sur (97%), Japón (95%) o Noruega (92%), pero todavía por delante de muchos países vecinos, entre ellos, Alemania, Francia e Italia.Mientras, las principales empresas de telecomunicaciones siguen con sus proyectos piloto de 5G:

Vodafone en colaboración con Huawei ha desplegado más de 30 antenas 5G en Bilbao, Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga y Valencia. Aterrizándolo un poco más, es también la empresa detrás del Cirujano Remoto 5G presentado en MWC 2019, junto con AIS Channel y el Hospital Clínic de Barcelona.

Orange, por su parte, también ha elegido las mismas ciudades piloto, a las que añade Santiago de Compostela y Vigo. En su caso, tiene previsto contar con socios industriales para la robotización, el uso de realidad aumentada en el turismo, su uso en vehículos conectados y el establecimiento de aulas virtuales para las escuelas.

Por último, Telefónica Movistar lanzó a principios de 2018 su proyecto Ciudades Tecnológicas 5G con el que pretende desplegar esta tecnología en Segovia y Talavera de la Reina (Toledo) y trabaja, sobre todo, en proyectos de vehículos conectados. En Barcelona, presentaba también el proyecto para convertir el Camp Nou en el primer estadio 5G de Europa con el Fútbol Club Barcelona.


Artículo original publicado en el blog de Adigital en marzo de 2019.

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